PLACAS TECTONICAS, MOVIMIENTO SÍSMICO Y TSUNAMIS
PLACA TECTONICA
Una placa tectónica o placa litosférica es un fragmento de litosfera relativamente rígido que se mueve sobre la astenosfera, una zona relativamente plástica del manto superior. Toda la litosfera está dividida en placas tectónicas, quince de ellas de gran tamaño y más de cuarenta microplacas.
La tectónica de placas es la teoría que explica la estructura y dinámica de la superficie terrestre. Establece que la litosfera (la zona dinámica superior, la más externa y rígida de la Tierra) está fragmentada en una serie de placas que se desplazan sobre la astenosfera. Esta teoría también describe el movimiento de las placas, sus direcciones e interacciones y explica fenómenos como el cinturón de fuego del Pacífico, los arco-isla o las fosas oceánicas.
La Tierra es el único planeta del sistema solar con placas tectónicas activas, aunque hay evidencias de que en tiempos remotos Marte, Venus y alguno de los satélites galileanos, como Europa, fueron tectónicamente activos.
MOVIMIENTOS SÍSMICOS
Los movimientos sísmicos son las vibraciones de la corteza terrestre, de corta duración, pero de intensidad variable.
Los movimientos sísmicos se producen por dos causas principales: la actividad volcánica y el diastrofismo.
Actividad volcánica: Consiste en el desplazamiento del magma, o rocas en estado de fusión, desde las capas profundas hacia el exterior, a través de conductos y fisuras de la corteza terrestre.
El magma se desplaza con gran fuerza al impulso de los gases que contiene. Al rozar con la corteza terrestre la hace vibrar, produciéndose en estos casos los temblores de origen volcánico.
Estos temblores son frecuentes en las zonas donde existen volcanes en actividad.
El magma se desplaza con gran fuerza al impulso de los gases que contiene. Al rozar con la corteza terrestre la hace vibrar, produciéndose en estos casos los temblores de origen volcánico.
Estos temblores son frecuentes en las zonas donde existen volcanes en actividad.
placas: Es el movimiento que se produce en la corteza terrestre al impulso de las fuerzas geológicas que provienen desde el interior.
La corteza terrestre, formada por los continentes y los fondos oceánicos, se encuentra fraccionada en doce placas tectónicas. Cada placa se desplaza en diferentes direcciones y con sus desplazamientos dan origen a los sismos, al vulcanismo y a la formación de las cordilleras o movimientos orogénicos.
Aunque la mayor parte de los movimientos sísmicos, los que podríamos llamar sismos verdaderos, se producen por causas tectónicas, algunos de ellos se pueden producir por otras.
Microsismos: Pequeñas vibraciones en la Corteza terrestre provocadas por causas diversas. Entre las más frecuentes se encuentran grandes tormentas, hundimiento de cavernas, desplomes de rocas, etc.
Sismos volcánicos: A veces los fenómenos volcánicos pueden generar movimientos sísmicos. Tal es el caso del hundimiento de calderas volcánicas, destape de las chimeneas en una erupción u otras.
Sismos tectónicos: Son los verdadero movimientos sísmicos y los de mayor intensidad. Generalmente asociados a fracturas (fallas). Se producen por formación de fallas, movilización de fallas preexistentes o por movimiento de fallas asociadas.
TSUNAMI
Un tsunami es un evento complejo que involucra un grupo de olas en un cuerpo de agua de gran energía y de tamaño variable que se producen cuando se desplaza verticalmente una gran masa de agua por algún fenómeno extraordinario, por ejemplo, un terremoto, erupción volcánica, detonaciones submarinas, deslizamientos de terreno, desprendimientos de hielo glaciar, impacto de meteoritos y otros eventos. A diferencia de las olas oceánicas normales producidas por el viento, o las mareas, que son generadas por la atracción gravitatoria del Sol y la Luna, un tsunami es generado por el desplazamiento de agua.
Los tsunamis pueden viajar a más de 800 kilómetros por hora en el punto más profundo del agua sin embargo, disminuyen la velocidad a medida que se acercan a la costa pero siguen siendo peligrosos, pues allí pueden llegar con una velocidad de entre 32 a 48 kilómetros por hora. La energía de la velocidad de la ola se transfiere a la altura y la fuerza bruta a medida que se acerca a la orilla.
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